Desde que empecé a ejercer en el mostrador de la farmacia hay preguntas que se repiten una y otra vez a lo largo de los años, son cómo las listas de las 10 mejores películas de la historia o las mejores canciones de nuestras vidas pero en versión farmacéutica, esta lista de hoy es de las que vamos a empezar a oir muchísimo en esta época del año, sobre todo si se pasa la locura climatológica transitoria que estamos viviendo y llega el frío.

Así que allá vamos: respuestas para consultas frecuentes sobre el uso de medicamentos en niños.

  1. Alternancia de ibuprofeno y paracetamol en casos de fiebre. «El pediatra me dice que le de Dalsy y Apiretal pero no me he enterado muy bien, ¿cada cuánto tiempo? ¿y por cuál empiezo?» En algunos casos los pediatras recetan la combinación de estos dos medicamentos para controlar la fiebre, la ventaja es que cuando empieza a disminuir el efecto de uno de ellos se administra una dosis del otro y así se consigue una acción antitérmica sostenida en el tiempo. Lo fundamental es alternarlos, lo normal es que se pauten cada 4 horas la administración de uno y otro, por ejemplo a las 8:00 ibuprofeno, a las 12:00 paracetamol, a las 16:00 ibuprofeno… y así. Por cuál empezar depende de si le hemos administrado alguno al niño, si ya le estábamos dando paracetamol pues contamos 4 horas desde la última toma y le damos el ibuprofeno. Sino le habíamos dado nada pues a gusto del consumidor. A mí personalmente me gusta más empezar por el ibuprofeno porque tiene efecto antiinflamatorio y si el proceso cursa con alguna inflamación pues ya empieza a aliviar.
  2. Dosis muy altas de antibióticos de amplio espectro. «Le han recetado a mi hij@ amoxicilina en jarabe para una infección en la garaganta pero me parece una dosis muy alta, yo normalmente le doy la mitad de mililitros» Lo primero que hay que hacer en estos casos es confirmar varias cosas, que la dosis se corresponde con la que han recetado y no es un error de comunicación, que al niño lo ha visto un pediatra y no un médico sin experiencia con dosis pediátricas y que el pediatra le ha mandado esa dosis de antibiótico queriendo. Y una vez que estamos seguros de que todo esto es así pues se lo damos, porque hay casos en los que los pediatras recetan más cantidad de lo que pone en el prospecto porque creen que la gravedad de la infección así lo requiere, y porque todo sea dicho, los antibióticos como la amoxicilina debido al mal uso que se ha hecho de ellos durante años tienen una efectividad limitada.
  3. Reconstitución de jarabes. «¿Este jarabe es de los que hay que prepararlos?» Cuando tenemos que preparar estos medicamentos para poder administrarlos a los niños es muy importante tener en cuenta tres cosas: enrasar con agua hasta la marca que viene en el envase, ni más ni menos, porque sino lo hacemos bien alteramos la concentración del medicamento, si nos pasamos de agua lo estamos diluyendo y le administramos menor cantidad y viceversa. Lo segundo es que antes de administrar el medicamento hay que agitarlo bien, porque al dejarlo en reposo el polvo tiende a precipitar en el fondo del envase y entonces la parte de arriba está menos concentrada y la de abajo más. Lo último es apuntar la fecha en la que lo hemos preparado y fijarnos en los días de validez que tiene.
  4. Vicksvaporub y otros derivados del mentol/alcanfor/eucaliptol en menores de 3 años. «¿No le puedo poner Vicksvaporub a mi niño? Mi madre nos lo ha puesto a mí y a mis hermanos toda la vida…»  Cada uno a su hijo le pone lo que cree conveniente, eso sí bajo su responsabilidad, y hay que ser consciente de que existe el riesgo de provocar el efecto contrario al que buscamos, un aumento en la producción de moco, broncoespasmo, crisis respiratoria…un cirio en toda regla, que se ha usado toda la vida sí pero lo mejor es no correr el riesgo, vamos digo yo.
  5. Dosis nocturnas de los medicamentos. «A mi niño le toca el medicamento a las cuatro de la mañana, ¿que hago lo despierto para dárselo o no?» Esta pregunta es de las más difíciles de contestar porque en realidad depende, todo depende de la gravedad de la patología, del medicamento que se trate, de lo mal o bien que esté durmiendo la criatura…y al final deberíamos aplicar el sentido común. Si le toca una dosis de apiretal para la fiebre y está dormido y le medimos la temperatura y no tiene fiebre a lo mejor conviene dejarlo descansar, puede que su cuerpo aproveche mejor unas cuantas horas de sueño que una dosis de paracetamol, si está inquieto y con despertares frecuentes pues se lo damos, si hablamos de una dosis de un antibiótico en los primeros días de tratamiento mejor dárselo, si van pasando los días también conviene planificar las tomas para dárselo antes de dormir y justo al despertar.

Desde Farmacia Ciencias18 podemos resolver esta y cualquier otra consulta o duda que te surja a la hora de administrar medicamentos a tus hijos, aunque lo que de verdad nos gusta es verlos crecer sanos y felices y responder a sus primeros «hola» y «adiós», y sobre todo recibir los besos que nos lanzan desde el carrito. Farmabesos.

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