Esto dice el estribillo de una canción de mi admirado Joaquín Sabina y la respuesta es no, no vendemos pastillas para no soñar pero no me extrañaría nada que en cualquier momento alguien entre por la puerta pidiéndolas, y es que total, ya puestos…

Definitivamente vivimos en una sociedad totalmente empastillada o hipermedicalizada, hay mucha gente que se ha acostumbrado a solucionarlo todo vía pastillas…dame unas pastillitas o algo para perder estos kilosa ver que tienes que pueda tomarme para poder dormirestoy muy decaído y no puedo con todo quiero tomarme unas vitaminas o algo… estas son frases que escuchamos a diario en el mostrador y en principio todo sería normal sino fuera porque cada vez más detectamos que recurrir a las pastillas es la única solución que se le busca a los problemas.

No es mi intención tirar piedras contra mi propio tejado ni mucho menos, los medicamentos bien utilizados hacen un gran bien por nuestra salud y han supuesto avances importantísimos a lo largo de la historia como por ejemplo los antibióticos, las vacunas y un largo etcétera, el mundo no sería como lo conocemos sin medicamentos. Pero nuestro trabajo en la farmacia es velar por el uso racional de los mismos.

Apelo al sentido común cuando recomiendo complementar el tratamiento farmacológico con otra serie de medidas o consultas a otros profesionales sanitarios y para muestra nada mejor que un botón, el último con una clienta habitual, una mujer de 45 años que llegó hace un par de meses pidiendo algo para dormir porque decía que llevaba semanas sin descansar bien, le aconsejé unas grageas de valeriana y una serie de medidas para que pudiese conciliar mejor el sueño como ser regular en los horarios, evitar bebidas con cafeína, practicar ejercicios de relajación etc…se va para casa con su cajita de valerianas y a las dos semanas…tatatachán… vuelve con una receta de un sedante de su médico de cabecera, lo más probable es que el medicamento, que es muy eficaz, le funcione realmente bien y duerma sin necesidad de cambiar ninguno de sus hábitos ni de profundizar en el origen del problema, en este caso además mientras más tiempo lo use más dependencia le creará el medicamento y podrá darse el caso de que a partir de unos meses necesite las pastillas para dormir sin más remedio, tiene unos 45 años y no me extrañaría que se convirtiese en una consumidora crónica de este tipo de medicamentos.

Lo mismo pasa con muchos otros casos, por ejemplo perder peso, no es una cuestión de tomarse una pócima mágica y ea a adelgazar se ha dicho…estoy cansada de repetir que esto no es Lourdes, que no hacemos milagros, que no es nuestro trabajo, tenemos productos que ayudan pero dentro de un conjunto de medidas esta es una más, si quiero adelgazar debo hacer ejercicio y seguir una dieta adecuada. Y podríamos seguir con más ejemplos…

Los farmacéuticos somos profesionales sanitarios, no somos simples vendedores de pastillas, nuestro trabajo va más allá, actuamos sobre la prevención, la solución de problemas menores de salud y el uso correcto de los medicamentos prescritos por el médico, pero además todo esto me lleva a otra reflexión, nos estamos acostumbrando a no aguantar nada, a solucionar nuestros problemas por la vía rápida, sin complicarnos, quiero algo y lo quiero ya y si puede ser que no me cueste ningún esfuerzo… a veces en la vida los problemas no tienen este tipo de soluciones… no se venden pastillas para no soñar!! A veces hay que salir al mundo y echarle huevos a la vida, enfrentar los problemas, no existen pastillas para eso.

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